Hoy termina la cumbre climática en Madrid. Los líderes y lideresas políticos aún están debatiendo sin haber llegado a acuerdos concretos. Pero ¿De qué se está hablando exactamente en la cumbre? ¿En que se tienen que poner de acuerdo?
Pues a pesar de la complejidad y la multitud de reuniones, debates y conferencias que se están dando en varios pabellones y salas de forma paralela, se puede resumir todo en tres puntos concretos. Daños y pérdidas, planes de ambición y mercado de carbono.
Respecto a los Planes de Ambición, cada país tenía que presentar antes de comienzo de la nueva década un plan donde se indicaran los compromisos y metas asumidas. Estos planes no vinculantes deben mostrar la hoja de ruta de cada país para la reducción de emisiones. Cantidad de emisiones a reducir establecida por ellos mismos. Se han de indicar a medio (2030) y largo plazo (2050) cuantas emisiones se pretenden reducir y exponer de que manera se va a realizar.
La totalidad de las medidas a nivel global han de ser tales, que permitan no superar el aumento de 1,5ºC las temperaturas globales a finales de siglo. Para que esto se dé, por un lado, los planes han de ser verdaderamente ambiciosos, especialmente los de aquellos más contaminantes. Y, por otro lado, todos los países han de presentar planes, el esfuerzo ha de ser global y el compromiso multilateral. Y a pesar de la urgencia de la situación, esto no se está dando.
En primer lugar, los planes no se están entregando a tiempo, la fecha de entrega se pospuso a marzo de 2020 y tiempo después hasta octubre del 2020. Hoy todavía a grupos de presión, precisamente de aquellos más contaminantes, que quieren atrasar la fecha de entrega al 2023.
En segundo lugar, no todos los países están participando del acuerdo. Es cierto que únicamente, sin contar a Siria, por su situación de guerra civil. Únicamente un país no tiene previsto entregar el plan dentro del acuerdo. El problema es que ese país es el país que históricamente más ha contribuido al cambio climático y es uno de las principales emisiones a escala global en la actualidad. Si EEUU no tiene un plan ambicioso no superar los 1,5ºC será imposible, y más viendo la ambición del resto de países, que a día de hoy está lejos de compensar esa falta de compromiso del país americano. Difícilmente consiguen demostrar el compromiso propio, como para intentar compensar compromisos ajenos.
Cada país ha ido exponiendo a lo largo de esta semana sus planes, estrategias nacionales, legislación novedosa y grandes éxitos en la conservación ambiental. También han comunicado las limitaciones que tienen y los principales problemas a los que se enfrentan. Pero aún están lejos de presentar planes ambiciosos, y más de proponer proyectos concretos (ya no planes, programas y estrategias) que realmente ataquen a la raíz del problema y que permitan cumplir con el ambicioso objetivo de no superar los 1,5ºC.
La Unión Europea si presentará algo más ambicioso de lo anunciado hasta ahora, o esas fueron las promesas de la presidenta de la Comisión. No obstante, no lo hará a tiempo, escudándose en querer presentar el mejor y más ambiciosos de los planes. El viejo continente será carbono neutral para 2050, o incluso antes según este nuevo plan. Como se ha ido comunicando a lo largo de la COP25, Europa quiere ser la coalición más ambiciosa. Pero a pesar del compromiso, todavía no se expone de que manera se van a cumplir dichos objetivos. Y tampoco se habla del corto plazo, hasta ahora solo se han centrado en planificar a largo plazo.
Quizás la ambición no sea tanto hablar de escenarios futuros, que por cierto tienen alta incertidumbre debido a las características del tema a tratar. Quizás la ambición se debería dar en la puesta en marcha de medidas de choque que realmente volteen la actual situación de dependencia en la combustión fósil. Quizás el más ambiciosos de los planes esté enfocando su ambición en retrasar ese #TiempodeActuarYa para la próxima década. Esperamos equivocarnos.