Las buenas noticias nos vienen, en este caso, desde Alemania. El país germano ha decidido cerrar todas las centrales eléctricas que funcionen bajo el poder del carbón, para ser más exactos, del lignito, una especie de carbón.
La actuación entra dentro del plan del gobierno alemán que se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 hasta un 20% para 2010 comparándolo con los niveles de 1990, como nos informan desde diarioecologia.
Como punto negativo, ha sido la supresión de las multas a las grande compañías contaminantes, propuesta rechazada por los sindicatos, las empresas energéticas y los gobiernos locales.