Como si de un coche diesel se tratase, a la economía vasca le está costando arrancar y coger velocidad, aún así, parece que aquellos famosos brotes verdes empiezan a aflorar y, aunque sea nítidamente, dejarse ver. Al ritmo de metáforas, siendo el diesel el combustible, la innovación se presenta como motor y los sectores tales como la energía, telecomunicaciones y financiero las semillas de los tan ansiados brotes, como podemos observar a través de un estudio publicado en expansión.
La importancia de la industria y el notorio descenso de la demanda internacional en este sector dejó el entramado empresarial vasco en serios problemas, afortunadamente, datos como el aumento de la demanda de acero en Europa o el incremento de las inversiones en I+D+i en sectores de ingeniería junto con el afianzamiento del sector de la energía hacen pensar que la situación se va encaminando poco a poco hacia una recuperación sólida y esperanzadora.