En la búsqueda de una alternativa a los productos derivados del petróleo, un grupo de científicos de la Universidad de Standford ha descubierto una manera de fabricar plástico a partir de dióxido de cárbono y de biomasa no comestible – como residuos agrícolas y pastos. Los investigadores afirman que, si esta alternativa es viable, se reducirían drásticamente las emisiones de carbono de la industria del plástico.
En el mundo se producen unas 50 millones de toneladas de PET al año, y se generan más de 4 toneladas de CO2 por tonelada de PET producida. Desde hace tiempo existe la alternativa PEF, que se fabrica a partir de biomasa en lugar de petróleo, pero no se ha encontrado una manera de producirlo a coste a gran escala. Una posible solución que se ha explorado es fabricar PEF a partir de fructosa de sirope de maíz, pero sigue dejando una gran huella de carbono y competiría con la industria alimentaria.
Es por ello que los científicos de Standford han experimentado con un compuesto hecho a partir de material agrícola no comestible, y de CO2 que se podría obtener de las emisiones de centrales térmicas alimentadas con combustibles fósiles, u otras plantas industriales. Ahora, tal como dicen los propios investigadores, falta seguir trabajando para darle viabilidad económica a gran escala a esta alternativa al PET.
