Esta semana Apple ha superado a Exxon como la empresa más valiosa del mundo, significando un hito empresarial que ilustra la confianza de los mercados e inversores en la innovación. Todos conocemos la meteórica carrera tanto en cotización como en ventas que Apple ha experimentado durante los últimos años tras la última incorporación de Steve Jobs. Apple es el caso de éxito de empresa tecnológica por excelencia, al que quizá sólo pueda hacer sombra Google o tal vez Microsoft.
Sin embargo, existen algunas dudas sobre el futuro de Apple, no sólo unidas al incierto estado de salud de Steve Jobs, sobre el cual no quiero debatir. Joichi Ito, director de MIT Media Lab, comentaba recientemente tras su paso por España, que Apple morirá debido fundamentalmente a su cerrado ecosistema. ¿Es sostenible en este sentido la estrategia de Apple de ofrecer un ecosistema cerrado y controlado como contrapartida de generar la mejor experiencia de uso?
The Economist también se pregunta sobre la durabilidad del reinado de Apple y otras empresas tecnológicas. En el artículo «The test of time. Which of today’s technology giants might still be standing tall a century after their founding? publicado aprovechando el centenario de IBM apuestan de hecho por Amazon, Apple y Facebook como empresas de futuro que seguirán siendo líderes dentro de 100 años mientras que no creen que Dell, Cisco o Microsoft lo consigan.
Alejándonos de la cuestión sobre ecosistema abierto versus ecosistema cerrado, lo que más me interesa es discernir cuál es la capacidad clave (core capability) más valiosa de Apple. Esa que a otros les cuesta tanto copiar e introducir en sus empresas. A simple vista puede parecer que Apple es una empresa que está a merced de la introducción continua de nuevos productos de consumo cuya rápida difusión y posterior obsolescencia les crea cierta debilidad. ¿Será Apple capaz de continuar llevando al mercado este tipo de productos indefinidamente?
Sin embargo, podemos también observar a Apple no como una empresa de productos sino de procesos. Apple ha conseguido como ninguna otra empresa en el mundo descifrar la fórmula mágica de los procesos de innovación; esta es su core capability, y es una capacidad que demuestra ser muy difícilmente imitable. Apple ha demostrado ser capaz de aplicar sus procesos de innovación en PCs, dispositivos móviles, tablets y ahora lo está haciendo en el cloud computing. Mientras que el output del proceso ha ido cambiando su verdadera ventaja competitiva está en el proceso de innovación, cuyas dinámicas demuestra dominar con excelencia.
Los inversores que confían en Apple confían en su capacidad, aparentemente infinita, de generar nuevos productos y servicios innovadores y disruptivos y, al fin y al cabo, se trata de una confianza en la innovación como el activo más relevante de una empresa.