Ayer leíamos en la página de Cordis un estudio llevado a cabo por el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) sobre la relación que puede haber entre el índice de desarrollo humano antes y después de la deforestación en diferentes zonas geográficas del Amazonas Brasileño. El artículo comienza con la siguiente pregunta ¿Es beneficiosa la deforestación de la selva amazónica brasileña para el bienestar de la población de la región? Y creo que es una buena reflexión también aplicable a Indonesia. Los resultados del estudio confirman la negativa e indican que si bien en un principio en las zonas deforestadas se puede ver un repunte inicial del índice de desarrollo humano , se constata que a continuación se produce una caída progresiva; es más el informe indica que “el nivel de desarrollo humano es igualmente bajo justo antes y después de la deforestación”. Y que el repunte inicial se suele deber a la aportación que reciben por las tierras y por la adecuación de las vías o carreteras. Este fenómeno, que el estudio constata y que sigue la tónica del BOOM AND BUST (Bonanza y Depresión), pudimos contemplarlo en nuestro viaje a Indonesia de hace unos meses. En aquellos lugares deforestados, en los que las plantaciones de palma llevaban tiempo instaladas y en pleno rendimiento, el nivel de desarrollo no era perceptiblemente mayor e incluso en muchas ocasiones se podía decir que era menor, ya que las poblaciones tenían su economía basada en la explotación sostenible de la madera y una vez deforestada o mal vendidas las tierras no podían sacar provecho de este bien. Y en muchos otros casos, pudimos comprobar que las expropiaciones se realizan sin retribución alguna (a sus propietarios). Debemos decir que la deforestación no solo destruye la cobertura vegetal, sino toda la biodiversidad que alberga la selva, la cual es una fuente de alimento, cobijo, medicamentos, etc. para la población residente; otros valores que desaparecen son: el valor estético y recreativo, estrechamente vinculado a actividades turísticas, cuyo desarrollo en la zona se corta de raíz, al igual que los árboles Os animamos a escuchar el interesante podcast que la revista Science publica con las intervenciones de la Dra. Rodrigues y del profesor Andrew Balmford de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) sobre el tema y que muestran las consecuencias de este modelo invasivo de explotación y la necesidad de buscar un nuevo modelo de desarrollo en el que la comunidad internacional premie la labor de cuidado y protección de las áreas de selva primaria que quedan en nuestro planeta. Sinceramente creo que estas medidas llegarán, pero también creo que podrían llegar tarde porque las cifras hablan de 1,8 millones de hectáreas al año taladas en la Selva Amazónica y en Indonesia se calcula que esté por encima de los 2 millones de hectáreas año (aunque es difícil determinarlo por el ritmo incesante de tala ilegal que experimenta). Yo, que no soy experta en estos temas, os dejo la pregunta ¿creéis que es posible que la implantación de medidas de conservación vaya a poder parar o moderar el ritmo de deforestación? Y otra duda que me surge ¿esto no va a propiciar que los gobiernos, de este tipo de países, vean un negocio en la deforestación para la reforestación? Publicado en el BLOG Ekopass Indonesia