El gobierno francés se ha marcado como objetivo triplicar el uso de la bicicleta en el transporte diario hasta el 9% antes de 2024, y con tal fin invertirá 350 millones de euros en un plan que incluye la construcción y mejora de ciclovías, la creación de aparcamientos para bicis y medidas antirrobo, incentivos fiscales para quienes se desplacen al trabajo en bicicleta, y clases de ciclismo en todas las escuelas de secundaria.
Si bien se asocia a Francia con el Tour, el país galo no destaca por el uso de la bicicleta más allá del mero deporte. Tal como recoge Reuters, la bici representa actualmente tan solo el 3% de los desplazamientos, menos de la mitad de la media europea, y una cifra muy lejana de modelos a seguir como los Países Bajos, donde el 30% de los desplazamientos se realiza a pedales.
Como parte del plan, el gobierno central dará financiación a las autoridades locales para que mejoren las infraestructuras, completando la red con nuevas conexiones que conecten las ciclovías existentes. Los puntos de desconexión actuales, en los que hay que pasar a vías convencionales, crean sensación de inseguridad entre los usuarios, lo que desalienta a potenciales ciclistas. Al mismo tiempo, en algunos casos se pretende abrir el tráfico de bicicletas bidireccional en calles unidireccionales.
Para fomentar la bici en los desplazamientos al trabajo, los funcionarios públicos recibirán 200 euros de incentivo al año por pedalear hasta su puesto de empleo, y las empresas privadas tendrán la opción de pagar hasta 400 euros libres de impuestos.
Los posibles robos también pueden disuadir a los ciclistas. En esta línea, todos los edificios de nueva construcción estarán obligados a contar con un aparcamiento de bicicletas, y las nuevas bicis deberán tener grabado un número de identificación. Sin embargo, el gobierno no ha detallado planes para que todas las estaciones de tren cuenten con un aparcamiento ad-hoc, una de las reclamaciones históricas de las asociaciones ciclistas.