El mundo tiene que transformar rápidamente su sistema energético, cambiando de uno basado en el petróleo y los combustibles fósiles a otro sin emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), caracterizado por un uso racional y eficiente de la energía y fuente energéticas limpias y renovables. De este modo se evitarán las graves consecuencias del cambio climático de las que, repetidamente y con evidencias cada vez más contundentes, nos advierte el IPCC, basándose en las conclusiones a las que llega la clase científica mundial.
En esta encrucijada de cambio, la pregunta que nos hacemos es si los agentes locales y, en particular, las Agencias de Desarrollo Local (ADL) tienen un papel que jugar en esta contienda por el clima. Lucha global en la que ya se están dando pasos muy relevantes con la asunción de importantes compromisos políticos tanto a nivel global (“Acuerdo de París”, firmado en la Conferencia de París sobre el Clima; COP21), como a nivel del conjunto de la UE que mantiene un claro liderazgo climático y del País Vasco que perfectamente alineado con las directrices europeas, quiere reducir sus emisiones de GEIs en al menos un 40% para 2030 y en al menos un 80% para 2050, respecto al año 2005. Todo ello, con un 21% y 40% de consumo de energía de fuentes renovables en 2030 y 2050 respectivamente, manteniendo la demanda energética en 2030 en los mismos niveles que en 2015 y mejorando la intensidad energética en un 33%.
La respuesta es clara: las ADL tienen que reordenar su actual interactuación con la ciudadanía, los emprendedores, las empresas y también con la Administración Pública pasándola por el filtro de la necesaria transición energética a un mundo sin carbono. Para conseguir los objetivos climático-energético será necesario impulsar ambiciosos proyectos en ámbitos tan relevantes a nivel local como la edificación, la movilidad o la industria en los que las ADL ya intervienen en la actualidad de un modo proactivo y dinámico.
En el ámbito de la edificación y de la movilidad, será preciso unir fuerzas para transformar los edificios y el modo de desplazarse, articulando sistemas con un balance neutro de emisiones de GEIs: edificios neutros en carbono y nuevos modos de desplazarse en los que la movilidad eléctrica de fuentes renovables, y los sistemas que dotan de inteligencia al transporte son el núcleo central. Para las ADL se abren nuevas oportunidades de trabajo con las personas para que éstas sean realmente conscientes de que en esta transformación tienen mucho que ganar: dotando de herramientas a la ciudadanía para que conozcan cuál es la huella de carbono que deja su modo de vida, facilitando información fiable sobre tecnologías alternativas a las actuales que pueden ser utilizadas bien para calentar la vivienda, bien para desplazarse y, lo más importante, interactuar con el sector financiero y el conjunto de las Administraciones Públicas para que los proyectos de transformación energética cuenten con financiación suficiente para que sean realmente factibles, garantizando que los ahorros en la factura energética cubren las inversiones: proyectos de mejora del aislamiento en edificios, renovación de sistemas de calefacción y climatización, impulso de la generación de energía renovable en cubiertas de edificios, vehículos eléctricos, ….
La transformación del modelo energético se está consolidando en la actualidad como un nuevo nicho de oportunidad para emprendedores y empresas, ámbito en el que las ADL han focalizado tradicionalmente buena parte de su labor de promoción. La proactiva intervención de las ADL, se convierte así en un factor clave para que los proyectos de transformación energética llevados a cabo en el Territorio, sirvan para dinamizar la economía local siendo fuente para la creación de nuevas empresas, así como de demanda adicional para las empresas ya consolidadas.
Además, la energía ha sido elegida en el País Vasco como una de las prioridades estratégicas de especialización inteligente (Ver RIS 3 del País Vasco) en las que se quiere focalizar los recursos humanos, técnicos y financieros para, en base a la ciencia, la tecnología y la innovación, se avance en la consolidación de un tejido productivo competitivo a nivel global.
Esta prioridad incluye todas las actividades relacionadas con las amplias cadenas de valor de la energía en las que se esperan, como consecuencia de la transformación del modelo energético global, importantes cambios estructurales (tecnológicos y de mercado) relacionados con nuevos modos de generación energía renovable (energía eólica, solar térmica, undimotriz) y los procesos relacionados con su distribución como son las tecnologías de almacenamiento y las redes de distribución eléctrica, en particular, las redes inteligentes (ver la Estrategia Energibasque).
Como es lógico, este proceso de especialización inteligente será exitoso en el País Vasco si se consigue sumar en el mismo al máximo número de empresas grandes y pequeñas que cuentan o pueden desarrollar capacidades en este ámbito para lo que las ADL, por su proximidad y conocimiento del tejido productivo local, cuentan con una clara ventaja competitiva. Ventaja que debe ser aprovechada para identificar capacidades y facilitar el trabajo conjunto entre las pymes locales y las empresas tractoras del Territorio o fuera de él. Asimismo, el conocimiento profundo de su ámbito territorial, su proximidad al conjunto de agentes y, en particular, a la Administración Local son características de las ADL que deben ser aprovechadas para facilitar la implantación en su territorio de inversiones emblemáticas en el ámbito de la transformación del modelo energético.
Así, La energía emerge como un renovado vector para la estrategia de desarrollo de una región. Pues además del esperado dividendo energético que se traduce en ahorro de energía, deriva también en un claro dividendo ambiental con mejoras de la calidad de vida y de la salud de las personas (que respiran un aire más limpio) y un definitivo dividendo económico con la apertura de nuevas oportunidades para emprendedores y empresas capaces de aprovechar la demanda de nuevos productos y servicios relacionados con la transformación del modelo energético global para crear empleo y bienestar.
