La semana pasada se ha celebrado en Sevilla la V Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos por la Sostenibilidad. Desde que en 1994 se celebrara la primera de ellas en la ciudad danesa de Aalborg, estos eventos han ido marcando los diferentes hitos en el avance del movimiento de las Agendas 21 Locales en toda Europa.
Es un buen momento para reflexionar sobre la capacidad real del ámbito local para intervenir en los aspectos clave de la sostenibilidad o, mejor, en el núcleo duro de la insostenibilidad. Desde luego, es evidente que estamos en un contexto de repolitización de lo local y las entidades locales son, sin duda, un agente importante para generar un cambio de tendencia y para llegar al ciudadano y a los hábitos de consumo. Y, en cierta forma, muchos de ellos están haciendo sus モdeberesヤ, al menos en aquellos elementos en los que pueden intervenir (gestión de residuos sólidos urbanos, sensibilización ciudadana, protección de espacios verdes, etc.), pero es complicado que la suma de decisiones individuales de los municipios pueda implicar un cambio en los grandes factores de la insostenibilidad: transporte de personas y mercancías, generación de residuos, consumo de recursos naturales (agua, principalmente), ocupación de suelo, emisión de gases de efecto invernadero, etc.
De hecho, es sintomático que en la conferencia haya habido pocas reflexiones relacionadas con el urbanismo, una competencia de clara vocación municipal y vinculada a la dimensión territorial de la sostenibilidad. Quizá las particularidades del modelo español, cuyas consecuencias las ha radiografiado bien el Observatorio de la Sostenibilidad en España en su informe sobre las tendencias en la ocupación del suelo, hagan que no sea una preocupación en otros países europeos, pero es claro que en nuestro contexto más cercano la dimensión territorial es básica para entender el comportamiento de algunos indicadores.
También se ha hecho visible en la conferencia que muchas de las acciones que se han presentado no son excesivamente novedosas. Hace falta un mayor esfuerzo por generar iniciativas innovadoras, que vayan más allá de las prácticas ya consolidadas, hace falta una mayor capacidad de transformación, que pasa, al menos, por tres condiciones:
ユ Mayor compromiso aún de los responsables políticos municipales para poner en marcha actuaciones de fondo y con capacidad de cambio.
ユ Mayor apoyo y coordinación con las políticas regionales (infraestructuras, políticas de ciencia, innovación y competitividad, políticas de lucha contra el cambio climático, etc.) para que tengan un impacto sobre las capacidades de actuación municipal.
ユ Mejor integración de la sostenibilidad en las áreas sectoriales de gestión a nivel municipal, principalmente en el urbanismo.
Por tanto, es un buen momento para reconocer el esfuerzo que han realizado los municipios como movimiento organizado a diferentes niveles (desde las redes autonómicas, la nueva Red de Redes españolas, hasta la campaña europea de pueblos y ciudades por la sostenibilidad) y algunos líderes políticos y técnicos muy activos en los últimos años en diferentes países. Pero también es un buen momento para dimensionar en su justa medida la contribución que los municipios pueden realizar en los próximos años para resolver los temas clave. Y en ellos, en la medida en que requieren de políticas coordinadas, la participación de los niveles regionales y nacionales son básicos. Y en estos niveles es donde se presentan muchas veces las principales contradicciones entre diferentes objetivos sectoriales (políticas de transporte, por ejemplo) y los objetivos de sostenibilidad.
Muchas personas de la モcomunidad Naiderヤ han asistido a la conferencia o trabajan desde el territorio promoviendo nuevas prácticas de sostenibilidad, y podríamos aprovechar para contrastar impresiones sobre cómo reforzar la contribución de la escala local y qué modelo de relaciones institucionales es necesario construir en los próximos años entre las diferentes administraciones para coordinar esfuerzos, generar nuevas tendencias y evitar contradicciones entre las diferentes políticas públicas.