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¿Quién mató al coche eléctrico?

ElectricCar_1¿Quién mató el coche eléctrico? (Who killed the electric car?) es un interesante documental que relata uno de los desencuentros más sorprendentes entre políticos, empresarios y mercado en la carrera por la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico.

El documental puede ser visionado con subtítulos en español a través de Motorspain.com y Youtube y narra cómo las diversas fuerzas políticas, empresariales y de mercado lograron derogar elmandato ZEV  del Estado de California -que imponía a los fabricantes la venta de un mínimo de coches con emisiones cero- y cómo ello deparó la retirada y destrucción de cientos de vehículos eléctricos de forma misteriosamente denodada. Si bien el documental no termina por desenmascarar al verdadero culpable de la retirada del mandato, ni de la destrucción de los vehículos, sí que se apuntan a algunas posibles causas: falta de mercado, limitado apoyo político, diversas presiones empresariales, una tecnología de baterías inmadura…

Lo más llamativo de este documental es que muestra cómo las idas y venidas entre la industria del automóvil norteamericana y el gobierno tanto de California como estatal acabaron por asustar a los asiáticos y empujarles a invertir intensamente en la tecnología eléctrica. El fin de la historia todos lo conocemos: la llegada de modelos híbridos como el Toyota Prius y su éxito de mercado, y el hundimiento de la industria automovilística americana.

El documental debería ser clase de obligada asistencia en todos los cursos de desarrollo económico e innovación. A vuelapluma no es difícil recoger algunas observaciones de amplia aplicación hoy en batallas similares:

–          Cuando no existe una tecnología ganadora clara hay que sopesar bien los riesgos de apostar por un solo ganador. Por parte de los gobiernos se pueden apoyar programas de desarrollo  de cierta neutralidad tecnológica y por parte de las empresas avanzar simultáneamente en varias opciones tecnológicas mediante un variado portfolio de proyectos de I+D. En el documental se apuesta por el vehículo eléctrico, posteriormente por el hidrógeno para finalmente terminar con el apoyo a la tecnología híbrida. Una estrategia equilibrada desde el principio podría haber sido más afortunada.

–          El poder de la legislación para el apoyo de la innovación es enorme pero también puede bloquearla. En este caso la legislación sobre coches eléctricos de California levantó enormes críticas entre la masa empresarial, pero también pudo, si hubiera contado con la estabilidad suficiente, haber salvado a la industria automovilística americana de su posterior debacle.

–          Los políticos no saben de tecnología. No hay nada más que ver en el documental a George Bush, entonces presidente de EEUU, y a Arnold Schwarzenegger, como gobernador de California, apostando por la tecnología del hidrógeno como la tecnología destinada a dar el relevo a los motores de carburantes. Esta tecnología está aún muy lejos de sus fases reales de implantación por el enorme coste de transporte y almacenamiento que supone.

–          Pero en ocasiones tampoco las empresas por sí solas son capaces de demostrar el liderazgo suficiente para arrancar una revolución tecnológica. La necesidad de la actuación pública es evidente, y de haber sido continuada, tal vez GM, Ford y otros gigantes americanos estarían ahora en otra situación.

–          El mundo es global. Ninguna empresa puede relajarse en los mercados domésticos pues otros pueden venir de fuera a robarte la tarta. Las empresas americanas de automoción no quisieron enfrentarse al reto tecnológico de la reducción de emisiones y como resultado fueron adelantados tecnológicamente por los asiáticos.

–          No  se pueden infravalorar las tendencias. En el documental se pueden ver a ejecutivos americanos mofándose de los coches pequeños y eco-eficientes: «Los americanos los prefieren grandes». Existen una tendencia mundial hacia los vehículos eficientes, la preocupación por la sostenibilidad es una realidad y debieron hacerle caso.

–          El sailing-ship effect puede jugar malas jugadas. Las empresas deben apostar por estrategias ambidiestras en las que mejoren las tecnologías maduras (coches de combustión más eficientes) y apuesten a su vez por nuevas tecnologías. Un caso ejemplar se puede encontrar en los coches híbridos desarrollados por Toyota. Los americanos prefirieron continuar sobre las tecnologías maduras, y aunque las perfeccionaron, no llegaron a las eficiencias de los nuevos modelos híbridos.

–          La descoordinación política puede tumbar una industria: En el vídeo se puede observar la descoordinación y enfrentamiento entre el Estado de California y el gobierno federal. La descoordinación territorial dañó seriamente la competitividad de la industria del automóvil americana.

 

Aún cuando el documental tiene ya más de cuatro años de antigüedad, ofrece algunas lecciones de gran utilidad en relación a las estrategias tanto políticas como empresariales para  las transiciones tecnológicas. Tomemos nota no sólo para el desarrollo del coche eléctrico en España sino para otras transiciones en curso como las energías renovables, el transporte sostenible, las biotecnologías, los contenidos digitales…

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naider
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