En los últimos tiempos se ha vuelto a poner sobre las mesas de los despachos institucionales de Gipuzkoa el proyecto de regeneración de la Bahía de Pasaia. Nuestros representantes con una seguridad encomiable (un poco preocupante también) apuestan por la construcción en el exterior de este maravilloso enclave urbano-natural de un Puerto Exterior que, a su entender, dé salida a la situación de aparente saturación de las actuales instalaciones.
La venta del proyecto en la comarca de Pasaialdea es muy atractiva: la construcción del super-puerto permitiría regenerar urbanísticamente todo el entorno urbano y se mantendrían los puestos de trabajo que generan las actuales instalaciones (¿cuántos empleos directos e indirectos genera realmente el Puerto de Pasajes en Pasaia?). La alternativa menos radical de regenar la bahía mediante la remodelación y adecuación de sus instalaciones manteniendo su ubicación en la dársena actual parece, por otro lado, haberse descartado.
No voy a entrar a valorar cuestiones ambientales no porque no me parezcan suficientes para desestimar una intervención de tal naturaleza en las fachada marítima de Jaizkibel sino porque no es el argumento ambiental con el que juegan sus promotores (el Puerto, la Diputación y las empresas constructoras, fundamentalmente). Considero que es oportuno plantear el debate en esos otros términos de los que hablan los planificadores y valorar las distintas alternativas en términos de oportunidad económica y de regeneración integral del paisaje urbano y social de Pasaia.
En primer lugar, no creo que el proyecto de Pasaia deba ser considerado sólo una cuestión guipuzcoana. Es un proyecto de los considerados モde paísヤ y, cuando menos, es necesaria una perspectiva vasca (si no transnacional) para valorar su conveniencia. Dicho esto, personalmente, me aventuro a decir que la mejor opción para Pasajes es su traslado integral al Puerto de Bilbao y que esta es también la mejor opción para Euskadi. En mi opinión, no sólo podría ser la alternativa fetén por el menor impacto ambiental sino porque milito en que Euskadi (Pasajes en este caso) tiene que apostar por otras cuestiones que no sean gestionar carbón y chatarra, ni dentro ni fuera de ninguna bahía, que es más o menos a lo que abocan su actividad sus promotores.
Aunque dicho tan bruscamente, el traslado de las actividades portuarias a Bilbao puede ser percibido en la comarca (y en Gipuzkoa en general) como una estupenda manera de dejar sin salida económica a toda esa zona y a no-sé-qué agravios territoriales, yo considero que es justamente lo contrario: se trataría de una estupenda oportunidad para el futuro de Pasajes a todos los niveles. Me explico.
En Pasajes se ha de hablar de nuevas industrias limpias y de futuro en sectores que generen empleo de calidad. Se han de aprovechar de una forma mucho más decidida las oportunidades del conjunto del área metropolitana (Donostialdea) en la que se inserta. Estoy convencido de que, seguramente, se puede (y debe) hablar de universidades, de centros de investigación, de industria cultural y de ocio, de nuevos espacios de difusión y creación cultural, de industria sostenibleナ El trasporte de chatarra, carbón y coches es el pasado. El conocimiento, la cultura y el mar deben ser el futuro de Pasajes. La cuestión, desde mi perspectiva, no es モpuerto exterior o puerto interiorヤ sino モfuturo-sostenibilidad-innovación-calidad de vidaヤ frente a モpasado-degradación-mediocridad-especulaciónヤ.
Lógicamente, habría que plantear todas estas cuestiones dentro de un auténtico proyecto integral (y no un simple artículo de opinión) para la regeneración de la Bahía de Pasajes. A lo único que aspiramos algunos románticos es a trasladar la idea de que en Pasajes hay que poner en marcha OTRA estrategia de desarrollo que posibilite a sus gentes situarse a la cabeza de Gipuzkoa (y no a la cola, como están ahora) en desarrollo económico, calidad de vida y equilibrio ambiental y que, para todo ello el principal lastre puede ser, paradójicamente, el Puerto.
La recuperación para la vida urbana del entorno natural de la Bahía supondría generar, indudablemente, unas plusvalías de los terrenos liberados por la industria actual. No parece muy razonable que esas plusvalías se utilicen sólo para poner cemento en el exterior de la misma (para lógico disfrute de las cementeras y constructoras de este país), cuando, además, el cemento ya está pagado en Bilbao. Pero sí es oportuno, desde mi punto de vista, utilizarlas para reestructurar un entorno urbano tan agresivo y, especialmente, para ayudar a crear riqueza a través de esas nuevas actividades económicas de tan alto valor y mejor futuro.
Ninguna institución mínimamente representativa parece estar pensando en estos términos y es muy probable que nadie vaya a recoger este guante. Lo que aquí planteamos es, seguramente, mucho más complicado de gestionar y políticamente mucho más arriesgado que el proyecto actual. Pero también mucho más enriquecedor.
Algunos pensamos que, con un poco de imaginación, algo de rigor y mucha comunicación, lo que hoy parece un problema se puede transformar en un billete premiado de Lotería para Pasajes. En Bilbao se han construido unas instalaciones que perfectamente pueden servir para albergar esas actividades potuarias de dudoso valor económico (¿qué impacto local tienen, hoy por hoy, en el municipio?) e incuestionable daño ambiental (ruidos, carreteras, contaminación). Parecería comprensible que el clamor popular empujara a llevárselas todas a Bilbao; a reordenar los terrenos sobrantes y a invertir las plusvalías en regenerar la ciudad. Pero, por alguna razón que se me escapa, no es así. Y no lo es ni siquiera en las mentes más preclaras del país.
Concluyo. En Bilbao hicieron esto mismo y parece que no les ha ido tan mal. Aparte de aprovechar モde gratisヤ las fantásticas instalaciones que ya tienen allí construidas, tampoco estaría de más emularles en algunos aspectos de su proceso de recuperación urbanística. Son sólo unas ideas.