Noruega se convirtió el pasado 24 de mayo en un país pionero en la lucha institucional contra la deforestación, comprometiéndose con el cuidado de los bosques y selvas, no solo en su país, sino a nivel global. El parlamento noruego adoptó una política por la que la cadena de suministros del gobierno debe quedar libre de productos que contribuyan a la deforestación en las selvas tropicales, tal como recoge The Independent. El país nórdico es así el primero del mundo en incluir un criterio similar en la regulación de las contrataciones públicas. La decisión obligará al gobierno noruego a buscar fuentes respetuosas con el ecosistema para proveerse de productos como la madera, la soja, el aceite de palma, o la carne de vacuno.