La capital francesa ha inaugurado su primera calle residuo cero. La vía seleccionada, de 500 metros de largo y situada en el décimo distrito de la ciudad, servirá de laboratorio para conocer a fondo la problemática asociada a los residuos, y experimentar soluciones para la reducción de deshechos, que se puedan extender a todo el entramado urbano.
No obstante, la calle piloto, que se llama apropiadamente rue de Paradis (o del Paraíso) , ha sido elegida por sus características, que son un «resumen» de la ciudad. Cuenta con cerca de 6.000 vecinos y diversos usos – escuelas, comercios, empresas, bares y restaurantes -, y sus aceras destacan por ser muy estrechas, por lo que cualquier solución que funcione en esta calle se podrá replicar más adelante en el resto de París.
La iniciativa, puesta en marcha por el ayuntamiento del distrito y la asociación Zero Waste Paris, cuenta con diversos frentes para pasar de 9 toneladas semanales de producción de residuos – la cifra actual de la calle – a cero. Con el fin de reducir el consumo de envases, el proyecto llama a dar prioridad a los productos que se venden a granel, y varios comercias se han adherido ya a la iniciativa e invitan a sus clientes a acudir con sus propios recipientes. A los comercios se les invita asimismo a redistribuir sus alimentos sobrantes, y con ese objeto se instalará un frigorífico colectivo en la calle. En la calle se instalará también un compostador compartido de residuos orgánicos para uso de la vecindad.
La asociación organizará encuentros con los vecinos para la sensibilización, y entre ellos habrá talleres prácticos para aprender sobre la obsolescencia programada o para aprender a producir productos cosméticos propios en casa, por ejemplo.