La promesa del Internet de las Cosas depende de avances futuros, y algunos de los más importantes se verán en el campo energético. La enorme multitud de sensores y objetos conectados que se comunicarán continuamente entre sí necesitarán tener autonomía energética, y no depender de recargas de batería a cada momento. Para dar respuesta a esta necesidad, se están desarrollando soluciones de «Energy Harvesting» o cosecha de energía, un conjunto técnicas para recuperar o recolectar energía del ambiente.
La empresa alemana EnOcean, spin-off de Siemens, ha desarrollado soluciones para que dispositivos electrónicos se autoabastezcan de energía del ambiente sin conectarse a la corriente, tal como recoge le Journal Du Net. También otras empresas, como Arveni o EnergyBee han desarrollado soluciones para recabar micro-cantidades de energía mecánica, solar o térmica. Por poner ejemplos concretos, uno de los micro-generadores creados por la francesa Arveni transforma las vibraciones de un vehículo en electricidad que se puede usar para proporcionar las coordenadas de geolocalización.
En el plano universitario, la Universidad Tecnológica de Eindhoven en Holanda consiguió un hito al desarrollar un minúsculo sensor de temperatura que se alimenta únicamente de las ondas de radio. El problema que presenta es que aún necesita estar situado cerca de un router, pero la solución puede ser utilizada también para sensores de luminosidad, movimiento, o humedad.
Más allá de las smart cities y los usos domóticos, el energy harvesting puede ser crucial para el desarrollo de los dispositivos corporales de salud o los pagos móviles.