Este año he tenido la oportunidad de participar en un proyecto ambicioso que habla de la fragilidad de las cosas, de cambio y de cómo poner sobre papel diferentes sueños. Os sitúo. Nos encontramos en Holanda, al paso del río Rin a la altura de la localidad de Renkum. Hasta aquí no dice mucho, pero os cuento que tenemos ante nosotros 40 hectáreas estratégicamente localizadas entre uno de los principales corredores naturales del país y conectada con el mar, gracias a un puerto interior, y a los principales aeropuertos. Os presento. Se llamaNorske Skog Parenco y hasta hace poco tenía como medida de sustento el negocio del papel, pero la falta de demanda redujo la producción a la mitad obligando a sus gerentes a echar el cierre a parte de las instalaciones. Hasta aquí una historia de tantas sobre crisis, pero vamos a empezar a escribir una de oportunidades.
La Agencia de Desarrollo Local de la provincia de Gelderland (Holanda) ha decidido abrir un proceso de reconversión para Norske Skog, aprovechando las instalaciones y las oportunidades que brinda la zona. Así, llegó el proyecto a nuestras manos. A tan solo 15min (por supuesto en bicicleta) está una de las principales universidades del país, la Universidad de Wageningen. Líder en el sector alimenticio, agrónomo y medio ambiental tiene erigido a su alrededor un fortín de centros de investigación, parques tecnológicos y empresas que hacen de ella una de las prestigiosas universidades a nivel mundial. Aclarado el liderazgo absoluto de mi universidad prosigo. Una de las principales características de la enseñanza aquí es la mezcla teórico-práctica de las clases, donde teoría, investigación, ciencia y business se confunden.
Así un grupo compuesto por varias nacionalidades (China, Holanda, Nepal, Mozambique y Vasca) y multidisciplinar debía presentar una solución creativa a la idea de convertir el espacio inutilizado en incubadora de empresas de base biotecnológica y energéticamente sostenible. Aquí empezó un interesante viaje creativo de integración de conocimiento y búsqueda del común denominador que resumo en los siguientes hitos.
Empezamos haciendo un inventario de lo que teníamos: un emplazamiento estratégico con 15,000 m2 construidos y 20,000 m2 de espacio abierto disponibles con oficinas, hangares, depósitos… el ciclo de los productos, los procesos del papel, las emisiones…todo fue minuciosamente estudiado para ver qué encajar y sustituir. Luego juntamos en un mapa lo que teníamos con lo que queríamos para empezar a levantar puentes.
En paralelo abrimos proceso de estudio y análisis de mercado, benchmarking internacional, trabajando con las principales organizaciones de emprendedores del país. Una de nuestras principales urgencias era conocer de primera mano las verdaderas necesidades de los emprendedores. En la mayoría de los casos eran jóvenes que al terminar su doctorado habían tratado de dar salida en el mercado a sus proyectos y se encontraban con barreras como: la financiación, la búsqueda de lugares más grandes de experimentación, inversión en capital humano, mayor inversión tecnológica… La universidad se quedaba pequeña y emprender suponía un salto muy grande.
Así, conocimos de primera muchos casos interesantes: Ellen G. , nos contó cómo que tras varios años de investigación y ensayo, necesitaba dar el salto de su proyecto piloto al mercado. Ellen ha desarrollado un proyecto de cría de gusanos a partir de residuos municipales para su comercialización como alimento en el sector piscícola ; visitamos una iniciativa de cultivo de algas; de tratamiento de residuos industriales para la posterior reconversión en productos químicos; Wim L., nos mostró su trabajo de producción de enzimas con diferentes aplicaciones; y Greengran, entre otras, una pequeña empresa con base en Hong Kong y corazón holandés que produce bio-plásticos a partir de fibras naturales.
También observamos cómo se podía traducir el diseño global del proyecto viendo ejemplos de otras incubadoras, o algunos más creativos como una antigua industria reconvertida en parque de aventura en Alemania (Landschaftspark) y el funcionamiento de diferentes eco-parques.
Así, nuestra apuesta fue la organización de un plan para la inserción de Norske Skog Parenco en la red de conocimiento de su vecina Wageningen, fortaleciendo los vínculos de los diferentes agentes y facilitando la comunicación y coordinación de ambos. La idea era hacer realidad la facilitación de grandes espacios, para cubrir las necesidades básicas de emprendizaje que surgieran de los grupos de investigación de la universidad, a diferentes niveles. De este modo la universidad dará respaldo científico y asesoramiento a dichos proyectos.
Aquel amasijo de edificios grises, tuberías cobrizas y patios carcelarios, debía convertirse en un lugar amigable, como su entorno, con recursos, con zonas de recreo y descanso para sus trabajadores.
Yo imaginé que al tratarse de un lugar de estética distraída que rompe con el paraje natural, iba a animar a los grupos vecinales a solicitar la demolición parcial del mismo, pero el aprovechamiento de los espacios está muy presente en Holanda. Al contrario vecinos, alcalde y más vecinos de las pedanías colindantes se mostraron muy interesados en el nuevo rumbo de la papelera, lo veían como una oportunidad de desarrollo para su localidad y nada más pensaban en la mejor manera de potenciar la actividad comercial de la zona.
De este caso me quedo con la versatilidad de los espacios, con la necesidad de reinventarse, con la actitud participativa y abierta del gobierno, con la necesidad de tender lazos entre los organismos y con las ganas de experimentar y descubrir que hay por otras tierras. Podían haber abierto un simple concurso de consultoría, pero prefirieron abrirlo y dejar participar a los agentes interesados: emprendedores, universitarios, vecinos… esto permitió que el proceso se enriqueciera por las diferentes aportaciones y hoy en día una consultora lleva el proceso a la práctica para convertir el papel en realidad. Creo que es importante a veces pararse a ver las múltiples formas y posiciones que puede adoptar el papel.