El Índice Europeo de Innovación ヨ European Innovation Scoreboard es el instrumento desarrollado por iniciativa de la Comisión Europea, en el marco de la Estrategia de Lisboa para realizar una valoración comparativa del comportamiento innovador de los Estados Miembros de la Unión Europea. Presenta análisis sobre los 27 países miembros de la Unión Europea además de Croacia, Turquía, Islandia, Noruega, Suiza, Japón, Estados Unidos, Australia, Canadá e Israel.
En esta nueva edición del EIS, el indicador medio para UE-27 es de 0,46. De nuevo, el país más innovador es Suecia, que tiene un indicador de 0,73, y encabeza un equipo de líderes formado por Dinamarca, Finlandia, Alemania, Israel, Japón, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
A la espera de los datos oficiales que publique Eustat, desde Naider hemos realizado una estimación provisional con los datos disponibles (ver documento adjunto) y hemos obtenido un indicador similar al oficial del 2006, de 0,34 lo que, a priori, nos sitúa en el grupo de los innovadores moderados, con índices entre 0,31 y 0,37.
Con este dato en mente, el informe nos da unas cuantas claves que resultan muy interesantes para definir dónde queremos estar en el futuro y cómo llegar allí.
Por ejemplo, aunque se observa un proceso de convergencia generalizado entre los países, también se advierte que muchos de ellos podrían tardar veinte años o más en salvar la diferencia con la media de la Unión Europea, y que por tanto, a la hora de sacar conclusiones, lo interensante es vigilar los cambios de nuestro país respecto a los que son similares en comportamiento innovador, antes que centrarse exclusivamente en los movimientos del indicador de un año para otro.
Por otro lado, el informe revela también que la mayor parte de lasdiferencias existentes entre los países analizados son debidas a distintos niveles en cuanto a capital social y flujos de conocimiento.Algunas de estas variables como la colaboración entre Pymes vascas, necesitan un impulso importante en Euskadi. Sería por tanto recomendable intensificar las acciones destinadas a mejorar estas actividades entre los agentes del sistema, lo que a su vez repercutiría de forma muy positiva sobre la dimensión de innovación y espíritu empresarial, en la que actualmente nuestro comportamiento está por debajo de la media.
Otra de las claves apunta a que los países con un perfil innovador mayor se caracterizan por tener un comportamiento equilibrado en las cinco dimensiones analizadas (impulsores de la innovación, creación de conocimiento, innovación y espíritu empresarial, aplicaciones y derechos de propiedad intelectual). Euskadi es claramente más fuerte en unas dimensiones que en otras, por lo que sería recomendable hacer un esfuerzo especial sobre las variables que configuran las dimensiones de creación de conocimiento y las de oputput en general.
Reforzar la dimensión de creación de conocimiento debería pasar sobre todo por seguir fomentando el gasto en I+D de las manufacturas de alta y media alta tecnología, aprovechando que el tejido vasco en general muestra un compromiso sólido con la I+D y que las actividades innovadoras en las empresas vascas están bien apoyadas financieramente desde la administración pública.
Por otro lado, una de las formas de mejorar los indicadores de output (aplicaciones y derechos de propiedad intelectual) es mejorar la eficiencia de la transformación de los indicadores de input en resultados. En este sentido, tenemos una cierta ventaja, porque en los últimos años, en Euskadi se ha realizado un esfuerzo muy importante para crear unas buenas condiciones estructurales que fomenten la I+D+i (consolidación de los centros tecnológicos, creación de una red de centros de investigación cooperativa, creación de los centros básicos de investigación de excelenciaナ). Además, los factores que conforman la dimensión de impulsores de la inovación en Euskadi (una de las dimensiones de input) son un punto fuerte de nuestro sistema. Merece la pena seguir en la misma senda para garantizar un sistema liderado por los mejores profesionales científicos, tecnológicos y empresariales, que estén perfectamente capacitados para identificar, planificar e implantar las medidas que lleven al sistema a los niveles más altos de innovación
Tenemos por tanto que continuar centrándonos en las acciones que permitan que estas buenas condiciones se concreten en resultados y en rentabilidad para el país, elevando el nivel tecnológico de las exportaciones, aumentando la ocupación en los servicios tecnológicos ヨ cuyo producto sale directamente al mercado ヨ y mejorando en general el impacto de las innovaciones en producto sobre la rentabilidad de la propia empresa. Además, esto nos debería permitir resolver la asignatura pendiente de Euskadi en cuanto al número de patentes registradas, como una consecuencia lógica del refuerzo de las dimensiones de input y de la mejora de la capacidad vasca para valorizar estos esfuerzos en términos de resultados.
El documento adjunto recoge el comportamiento de Euskadi, variable por variable frente al del resto de los países analizados en el informe del EIS 2007. Tal vez no estén todos los que son (sería interesante por ejemplo incluir el porcentaje de investigadores en Euskadi, dato que no se recoge en el EIS), pero seguramente sí que son todos los que están. Y, aunque pensamos que el EIS no debería tomarse como un barómetro de lo bien o lo mal que lo estamos haciendo año por año, nos ofrece una información muy interesante para focalizar nuestro esfuerzo en los puntos débiles, conocer nuestras fortalezas, y aprovecharlas para sacar de ellas todo el partido posible.
La estrategia que proponemos es una carrera de fondo. No se trata de que el año que viene subamos dos décimas o tres o cuatro en el EIS, como si la innovación fuera un sprint. Se trata de conocernos bien, de apoyarnos en nuestras fortalezas para eliminar las debilidades, y crear un sistema sólido y con capacidad de adaptación y de autoaprendizaje que, de una vez y para siempre, sirva de trampolín para que Euskadi sea, como deseamos, un referente real en innovación.