Un nuevo estudio realizado en el Instituto Max Planck de Metereología y publicado por la revista Science ha cuantificado por primera vez la contribución directa de cada persona en el planeta al deshielo del ártico: por cada tonelada de CO2 que emite cada uno de nosotros, 3 m2 de hielo ártico desaparecen.
La disminución de la superficie de hielo en el oceano ártico es el signo más evidente del cambio climático, un aspecto que además agrava el problema del calentamiento global, ya que la sustitución de superficie blanca reflectante por mar azul aumenta el potencial de absorción de rayos solares de la Tierra. Un reciente vídeo animado de la NASA visualiza la preocupante evolución del ártico: