La creación de parques, zonas verdes y corredores ecológicos en los barrios y ciudades puede llevar a la exclusión de los colectivos sociales más vulnerables, si la «verdificación» no se acompaña de políticas de vivienda adecuadas. Así se desprende de un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnologías Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona liderado por la socióloga y geógrafa Isabelle Anguelovski.
El estudio alerta del proceso de «gentrificación verde» que se da cuando la población original de un barrio de clase media-baja o baja se ve desplazada por habitantes con mayor poder adquisitivo, al incrementarse los precios de la vivienda o del alquiler debido a un aumento de atractivo por la proximidad de nuevos parques y jardines. De esta manera, se pone de manifiesto que la construcción y recuperación de espacios naturales no beneficia por igual a todos los colectivos.
Anguelovski aboga por mejorar la calidad ambiental de los barrios pero acompañándola de «políticas que controlen la especulación inmobiliaria en la zona, promuevan las promociones de vivienda social, limiten las licencias de alquiler de corto plazo, o fomenten la creación de redes de apoyo entre los vecinos y entre comercios locales».
El proyecto Greenlulus (Green Locally Unwanted Land Uses), coordinado por Anguelovski, elaborará en los próximos cinco años un ránking de las ciudades ambientalmente más justas así como su impacto social y de salud en los residentes. Gracias a una subvención de 1,5 millones de euros de la Unión Europea, compararán para ello la situación de 20 ciudades de Europa y otras 20 de Estados Unidos.