Bien es cierto que el papel ocupa un lugar imprescindible en nuestra vida diaria, aún así, de la misma manera, es innegable que la sociedad debe encontrar un camino alternativo y definitivo a la producción papelera; altamente contaminante y causante de las mayores deforestaciones que ha sufrido el planeta en la historia. Afortunadamente, cada vez son más las empresas que han puesto sus focos en un sector con amplio margen de mejora y que pide a gritos una revolución.
La producción de papel resulta dañina para el medio ambiente desde el comienzo hasta el final, para empezar el consumo de madera y agua desorbitado crea un gasto considerable, a ello hay que añadir la alta huella de carbono que deja debido a su transporte y por último hay que mencionar la cantidad ingente de químicos empleados a la hora de su producción.
Todo ello no hace más que alimentar el debate de el «papel» del papel en nuestra sociedad y de actores como las papeleras y la responsabilidad social del reciclaje.