Los planteamientos del proyecto de ley de Economía sostenible sobre la Universidad refuerzan la idea de los «campus de excelencia» y resultan muy alentadores. Sin duda, pueden marcar un gran hito en la trayectoria de la universidad española ya que abordan algunos de los principales cuellos de botella del sistema universitario español:
- La notable dispersión existente en el panorama universitario que muchas veces lastra su capacidad de competir y de enfocar proyectos de investigación realmente relevantes y con capacidad realmente tractora y de cambio en el sistema productivo y social.
- El excesivo aislamiento de las universidades que, en algunos casos, han vivido excesivamente volcadas en sí mismas.
- La relativamente pequeña recompensa de la excelencia investigadora, impulsando su desarrollo y la especialización de los campus para favorecer verdaderas masas críticas de carácter internacional
- El relativo alejamiento de la universidad del tejido productivo. El proyecto de ley tiene que sumar activamente al sistema universitario en el reto estratégico de transformar el sistema productivo, uniéndose al importante reto de competitividad y de mejora de productividad.
- La tradicional separación entre la vida social y la universitaria que no facilita que las enormes ventajas que pueden surgir de la cooperación entre la universidad y la ciudad con la que convive en pos de un desarrollo sostenible.
- La falta de vida universitaria en la que se promueve la convivencia del conjunto de la comunidad de estudiantes, profesores, investigadores, empresas del conocimiento, etc.
- La carencia de infraestructuras de investigación, la innovación y la transferencia de conocimiento a la sociedad y al tejido productivo.
El éxito final de este programa dependerá de la audacia de las convocatorias anuales que se convoquen, así como de la capacidad de unir en la apuesta a los gobiernos autonómicas y, también a la iniciativa privada.