300 economistas urgen a acabar con los paraísos fiscales

Un grupo de más de 300 economistas de más de 30 países ha remitido una carta abierta a los líderes mundiales en la que advierten que no hay ninguna justificación económica para permitir los paraísos fiscales y en la que les urgen a tomar medidas significativas para acabar con la opacidad offshore. El escrito argumenta que estas jurisdicciones fiscales no aportan ningún valor a la riqueza o bienestar global, sino que benefician a ciertos individuos ricos y empresas multinacionales a expensas de los demás, por lo contribuyen a agravar la desigualdad.

Los firmantes de la carta, que han sido coordinados por Oxfam, incluyen entre otros nombres ilustres a Thomas Piketty, autor de El Capital en el Siglo XXI; Angus Deaton, actual Premio Nobel de Economía; Olivier Blanchard, ex-economista jefe del FMI; o Jeff Sachs, director del Earth Institute de la Universidad de Columbia. La carta está dirigida especialmente a los dirigentes y representantes mundiales llamados a reunirse en la Cumbre Global Anticorrupción que se celebrará en Londres este jueves 12 de mayo.

Los economistas firmantes, a pesar de sus opiniones dispares en cuanto a política fiscal, coinciden en que «los territorios que permiten ocultar activos en empresas pantalla, o trasladar los beneficios de empresas que no operan allí, distorsionan la economía global». Reconociendo que los cambios no son fáciles por los poderosos intereses que se benefician del status quo, encomiendan a los gobiernos a llegar a acuerdos de normativas globales de transparencia y garantizar que todos los territorios hagan pública la información sobre la propiedad efectiva de empresas y fondos. La carta hace un llamamiento directo al Reino Unido, anfitrión de la cumbre, por tener la soberanía de un tercio de los paraísos fiscales del mundo.

Jeff Sachs, uno de los firmantes, ha apuntado en declaraciones recogidas por The Guardian que «los paraísos fiscales son fruto de decisiones deliberadas de los principales gobiernos en colaboración con importantes instituciones que mueven el dinero» y que «no hacían falta los papeles de Panamá para saber que «la corrupción fiscal global es desenfrenada en los paraísos». «Si el Reino Unido, Estados Unidos, y la Unión Europea se pusieran de acuerdo, habría un espectacular cambio en poco tiempo».