Hacer un balance de las cumbres internacionales sobre cambio climático sigue dependiendo de si la botella se ve medio llena o medio vacía. La cumbre celebrada el 23 de septiembre en Nueva York, por supuesto, no es una excepción.
El famoso discurso de la joven activista sueca Greta Thunberg se ha hecho viral, y destaca la incapacidad de los políticos para llevar a cabo las acciones transformadoras necesarias para cambiar nuestro modelo productivo. Sin embargo, existe un grupo de optimistas, donde se encuentra la propia Climate Action Summit 2019, que opinan que se ha dado un gran paso respecto a alcanzar los objetivos marcados para 2020. En este sentido, cierto es que 77 países se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2050, que 70 países anunciaron que impulsarán sus planes de acción nacionales para 2020, y que más de 100 líderes empresariales realizaron acciones concretas para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, entre otras noticias positivas.
Si se estudia la situación actual con objetividad, en cambio, la botella queda medio vacía debido a que 3 de los países que más contribuyen al cambio climático, como son China, EE.UU. e India, no están dispuestos a disminuir sus emisiones. En este sentido, cabe recordar que, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía, estos tres países junto con la Unión Europea son responsables del 60% de las emisiones globales totales. En la parte negativa también destaca el hecho de que son más los discursos que los planes y acciones concretas los que acaparan las cumbres climáticas. Como ejemplo del limitado alcance de la reunión, cabe recordar que Francia y Reino Unido han afirmado en Nueva York que serán neutrales en carbono en 2050, una promesa que ya habían anunciado meses atrás pero que sigue sin concretarse en medidas de éxito. Respecto a España, el jefe de gobierno en funciones, Pedro Sánchez, anunció que España aportará 150 millones de euros en los próximos cuatro años al Fondo Verde para el Clima. Sin embargo, cabe recordar que, según un informe de Oxfam Intermon (2016), España solo desembolsó un 1% de lo que se comprometió a aportar durante el periodo 2015-2018.
El problema de nuestra incapacidad y/o falta de interés en cambiar la situación es que las predicciones climáticas son peores de lo que se pensaba. Un grupo de científicos franceses prevén que para 2100 el aumento de la temperatura media global sea de 6,5 a 7ºC mayor que la actual. Hoy mismo también se ha publicado una noticia del informe del panel de expertos de la ONU (IPCC) que muestra como la mutación de los océanos – calentamiento, subida de nivel del mar, etc. – pone en riesgo los ingresos y el sustento de millones de personas.
Se podrán proponer todas las soluciones tecnológicas que se quieran para abordar el cambio climático, o esperar a que algún emprendedor o empresa invente alguna solución para salvarnos “in-extremis”. El caso es que hasta que no aceptemos que nuestro nivel de vida actual, nuestro modelo económico-productivo, es insostenible, y que tenemos que llevar a cabo cambios urgentemente que no gustarán a la mayoría social y empresarial, continuaremos impasibles hasta sobrepasar el punto de no retorno. Esta sociedad necesita nuevos líderes; no solo los de personas como la joven Greta Thunberg, sino también otros con cargos relevantes que puedan poner en marcha medidas. Estamos a tiempo, pero debemos actuar ya.
Julen González Redín
PhD en Desarrollo Sostenible
NAIDER